Estoy solo en mi habitación,
y no puedo dejar de pensar en ti.
Sin ninguna razón aparente,
la pesadumbre me invade,
siempre que tú estás lejos de mí.
En mi atormentado corazón,
siento que me falta algo
cuando no estoy contigo.
En mis horas de melancólica soledad,
observando desde mi ventana
el silencio de la noche,
siento crecer en mi interior una extraña laxitud
que me posee en tu ausencia.
Pueden parecer palabras muy rebuscadas,
pero … no lo puedo remediar,
es lo que siento al recordarte.
Con este poema,
tan sólo busco explicarte
todo lo que aún siento por ti.
Tanto la alegría como las risas.
me invaden cuando te puedo observar.
Tus cortos y oscuros cabellos,
esos ojos verdes que me taladran el corazón
cuando me miran.
Los rojos labios que protegen,
como si de una madreperla se tratara,
a tus nacarados dientes.
Todo esto me hace perder la razón.
No sé si eres capaz de advertir
cuanto te he amado en estos años.
Si no puedes hacerlo,
ya te lo digo yo.
¿Nunca has intentado
alzar las manos al cielo para tocar las estrellas?
¿Y qué fue lo que sentiste?
Eso es lo que yo sentí al conocerte.
David Cala.
18/04/2020
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