Esa sensación de intranquilidad,
esa ansiedad dentro del corazón
que atrapa sin remedio a mi soledad.
No saber de ti,
no tenerte a mi lado,
no ver tus ojos ni tu sonrisa
me está volviendo loco.
Sin embargo,
te siento junto a mí,
en esta habitación.
Algo de ti se quedó conmigo.
Aunque sé que estás,
en algún lugar,
muy lejos de aquí,
y aún más lejos de mí.
A oscuras, dentro de la cárcel
en que se ha convertido mi soledad,
te escribo este poema.
Ni siquiera veo el papel
sobre el que escribo,
pero, sé que no erra mi mano al transcribir
en palabras todos mis sentimientos.
El silencio de la noche,
Y el alcohol consumido
te trae de regreso hasta mí.
Recuerdo tus oscuros cabellos
libres contra el viento,
pero atados a los míos
por simbólicas cadenas
de desenfrenada pasión.
Todos los rasgos de tu faz
están marcados en mis ojos,
aún cerrándolos con fuerza,
te veo en mi mente
tan bella como siempre fuiste para mí.