El suave murmullo
de tu voz susurrándome al oído,
sigue inundando mi cabeza de pasión.
El brillante fulgor de tus verdes ojos,
sigue alumbrando mi corazón.
Tan dulce como amargo,
el sabor de tus labios,
se sigue escondiendo debajo de mi lengua.
El dulce quehacer de tus uñas
arañando mi pierna,
me estremece hasta la médula,
aun siendo un simple recuerdo del pasado.
El perfume de tus cabellos,
sigue desafiándome,
como cuando tu cabeza
se apoyaba sobre mi hombro.
Ahora mismo tú no estas
y mis sentidos
parecen haber dejado de existir.